RICHARD GERE: Biografía



“Me importa más el respeto por el otro en la vida. Con el Dalai Lama, por ejemplo, aprendí a respetar a un insecto. Si se lo enseño a un chico se vuelve increíblemente importante. Algo que podemos considerar pequeño, feo, lo que sea; no es como nosotros, es lo otro. Pero debemos empezar por respetar este pequeñísimo insecto, de otra especie, que también tiene un sentido de la vida muy similar a la nuestra. No quieren ser heridos, quieren tener éxito y ser felices, quieren encontrar comida, quieren hacer amigos. Tienen intereses idénticos a nosotros. Si se puede respetar eso, se puede respetar mucho más. Gente, también.”

“La gente se siente ofendida por las campañas por los derechos de los animales. Esto es gracioso. Ellas no resultan tan maliciosas como la masiva matanza de animales en una factoría.”“Como custodios del planeta es nuestra responsabilidad tratar a todas las especies con amabilidad, amor y compasión. Que estas criaturas sufran la crueldad humana va más allá del entendimiento. Por favor ayuda a detener esta locura.”

"Si la gente pierde su tierra, no tiene nada. Si pierdes tu tierra, pierdes tu cultura... te pierdes a ti mismo".



Estas son algunas de las frases que revelan el pensamiento y la acción de Richard Gere.



El actor Richard Gere, cuyo nombre completo es Richard Tiffany Gere, nace el 31 de agosto de 1949 en la ciudad de Filadelfia, Pensylvania, Estados Unidos de América, de padres de herencia judía, ascendencia Anglo-Irlandesa y creencias metodistas. Su padre, Homer George Gere, era un agente de seguros de la firma Nationwide Insurance Company. Su madre, Doris Ana Tiffany, es ama de casa. Richard Gere tiene tres hermanas, un hermano, y un hermanastro, el alemán Henry Januszewski.

De niño sintió gran inclinación por la música, y su padre fue muy importante a la hora de inspirar esta tendencia así como su actual convicción Budista. En un reciente reportaje ha dicho:

“Mi padre era casi como un cura, siempre cerca de la Iglesia Metodista. Y mi madre era presbiteriana. Yo crecí yendo a la Iglesia. Era parte de mi vida. Lo interesante, para mí, aunque no lo notaba en aquel entonces, era ver un mismo grupo de gente que creía en algo superior. Y dentro del ritual metodista, más que nada, me acuerdo de las canciones. La esencia de disfrutar, la creatividad que surgía por verlo a Él, en la atmósfera de la misma gente que trataba de captar aquella energía, que por instinto piensan que existe algo más allá de la lógica.” (ver reportaje: "Richard Gere y su lado espiritual")


El pequeño Richard fue instruído por su progenitor en la ejecución de diversos instrumentos, como ser Trompeta, Guitarra, Banjo y Cítara. Especialmente, se destacó por su pericia en el Piano y la Trompeta. El solo de piano que años después tocara en el film Pretty Woman es de su autoría. Compuso también diversas canciones para festivales escolares.

Concluidos sus estudios secundarios, ingresa becado a la Universidad de Massachussets para estudiar Filosofía, pues su espíritu inquieto e incentivado por la atmósfera familiar anhelaba muchas respuestas. Durante su estancia en los claustros universitarios integró pequeños grupos teatrales y musicales amateurs. Al parecer, aquí también comenzó a encontrar el hilo de muchos interrogantes de su vida en las lecturas del filósofo George Berkeley. Las influencias hogareñas y su encuentro con el “Obispo Berkeley” fueron fundamentales para regar en su vida el retoño del Budismo.

Como quiera que sea, su entusiasmo por el arte y el deporte no se correspondían con un símil por los estudios académicos, por lo que abandonó su formación universitaria a los dos años de haberla iniciado. Gere ya había comenzado a adentrarse en su incipiente carrera actoral consiguiendo pequeños papeles en las compañías teatrales de la Princetown Paly House y el Seattle Repertory Theather. Luego de su etapa universitaria, intervino en varias obras de teatro en Nueva York, destacándose como protagonista de “Richard Farine: long time coming and long time gone”, y de dos obras de Sam Shepard: “Back Bog Beast Bait” y “A Killer's Head”.

Tras la formación de una banda de rock de corta vida, se dirigió a Broadway y participó en diversas audiciones que inicialmente le significaron papeles menores, como su participación en la ópera rock “Soon”, y la representación en Nueva York de “Habeus Corpus”. Su primer crédito importante le llega en 1973, año en que obtiene el papel de Danny Zuko para la obra “Grease”, que sería suceso primero en Broadway y luego en Londres, adonde Gere viajaría con todo el elenco. Su imagen atractiva, sus buenas cualidades sobre las tablas y su carácter entusiasta y confiable –aunque también colérico y levantisco- le granjearon un buen concepto entre los directores de Broadway, significándole un pronto pasaje a papeles cinematográficos. No obstante, estos destacaban más su sex appeal que su verdadero talento.

De este modo, la carrera cinematográfica de Gere comienza en 1973 con un pequeño papel para un fílmico televisivo, “Chelsea D.H.O”. Continúa en 1975 con “Fuerza de Choque”, un film policial realizado para TV, seguido en el mismo año por “Report to Comissioner” (distribuida como “Quiero la Verdad”), bajo la dirección de Milton Katselas, film olvidable pero típicamente cinematográfico en el que participó como actor de reparto. No obstante, estos pasos iniciales iban afinando su habilidad para elegir guiones y proyectos. Tal es así que en 1977 realiza su primer papel destacado en “Buscando al Señor Goodbar”, dirigido por Richard Brooks y estelarizado por Diane Keaton. A pesar de su magnífica interpretación de un italiano colérico e hiperkinético, su nombre no alcanzaría aún los primeros lugares de Hollywood. En 1978 siguieron los filmes “Hermanos de Sangre” (“Stony, Sangre Caliente”), dirigido por Robert Mulligan, y “Días de Cielo”, con la “regia” de Terrence Malick, que le representaría el premio David Di Donatello como Mejor Actor Extranjero. Es decir, el Oscar italiano otorgado por la Accademia del Cinema Italiano.

Toda esta etapa veinteañera no fue de las mejores en cuanto al estado de su espíritu. Más tarde, en un reportaje concedido a la Revista Selecciones, recordaría estos años en los siguientes términos:

“Era un desastre. Fue una época horrible, como suelen ser esos años para los hombres.” … “A los hombres jóvenes se les obliga a vivir en un mundo gobernado por hombres mayores que no desean tenerlos cerca ni compartir su poder. Y no es fácil enfrentar el desafío emocional que implica hacer una vida.” (ver: "Gere, un seductor que también sabe actuar")

En el mismo reportaje, Gere revela la solución a la que arribó respecto a sus turbulencias internas:

“Empecé a trabajar conmigo mismo, a meditar y tratar con varios maestros. Siempre me interesaron las cuestiones morales y metafísicas: ¿cuáles son las bases de la realidad? ¿Qué es la mente? ¿Dónde reside el alma?” (ver ídem)

Consecuente con estas inquietudes realiza en 1978 un viaje a Nepal, tierra de nacimiento de Siddarta Gautama Sakyamuni, “el Buda”. Tras su retorno, adopta el Budismo como guía de su vida.

En lo profesional, el año 1980 representa el gran envión que estaba esperando, pero con un paquete de consecuencias que no fueron las más deseadas: El notable director Paul Schrader lo convoca para protagonizar el drama “American Gigolo”, al lado de la conocida modelo, actriz y empresaria Lauren Hutton, quien a los 46 años inventó la primera fórmula mundial de maquillaje para mujeres de más de 40 años, comercializada hoy como la línea de belleza “Lauren Hutton Good Stuff”. El inteligente guión muestra con trazos justos los mecanismos de toda una subcultura de prostitución masculina y femenina de alto nivel, requerida casi cotidianamente por personajes ricos, públicos y de doble vida. El vestuario de la película quedó a cargo del modisto italiano Giorgio Armani quien, atraído por el guión, diseñó la indumentaria de Gere de modo de asegurar la “forma final” de su personaje una vez que el actor lo “construyera” a partir de su talento dramático. De esta manera, la apariencia de Gere se fusionó tanto a los requerimientos del guión como a sus dotes interpretativas, dando como resultado una presencia total en cada escena. Así, a sus 31 años el actor fue lanzado a la fama internacional, pero no como él lo hubiera querido, sino como un definido sex simbol de impactante presencia, rostro y cuerpo. Las presiones de Hollywood y de la prensa sensacionalista se harían sentir, y con el tiempo la contradicción “budismo-marketing” lo iría llevando a una situación emocional desesperante.
El año 1982 marca la definitiva consagración de Gere con el taquillero drama romántico “Oficial y Caballero” (distribuida en algunos países como “Reto al Destino”), de Taylor Hackford, que también le valió su primera nominación al Golden Globe como Actor Protagónico, mientras que Louis Gossett, Jr recibió el Oscar el Mejor Actor de Reparto por su interpretación del sargento Emil Foley en dicho film. No obstante la credibilidad que Richard Gere supo darle a las tensiones internas de su personaje, la parafernalia publicitaria vio mucho más rentable afirmar el costado sexual del ya célebre galán de Hollywood, y todo esto comenzó a meterse como por hipnosis adentro suyo.


Incluso, y a raíz de estos mismos éxitos, la hastiante catalogación de Richard Gere como “sex symbol” por parte de los medios lo sumió en una severa crisis profesional: En 1983 protagoniza “Sin Aliento”, junto a la erógena y promocionada Valerie Kaprisky; donde el director Jim McBride dedicó generosamente su cámara a enfocar los diversos planos desnudos de Gere y, particularmente, fuertes e innecesarias escenas de ducha junto a su partenaire femenina, las cuales nada aportaban a la narrativa fílmica. Nunca antes una primera figura masculina había sido tan “desnudamente expuesta”. Un guión carente de consistencia hacía el resto. La película no hizo más que coronar la fabricada imagen del actor como un exhibicionista de cara bonita cuyas aptitudes dramáticas o bien no importaban, o bien no existían. Como consecuencia, Gere se propuso dar un giro diametral a su carrera.

De esta manera, acepta el papel de un médico anglo-paraguayo en la producción británica de 1983 titulada “Más Allá de la Frontera”, distribuida en varios países como “El Cónsul Honorario” de acuerdo al título homónimo de la novela de Graham Greene en la que se basaba dicho film. La misma fue dirigida por John McKenzie y ambientada en la provincia de Corrientes, República Argentina. El film fue favorable para la carrera de Michael Caine, pero la flaca performance actoral de Gere hizo poco y nada para torcer su ya disparado encasillamiento de ícono sexy. Cierto es también que la vida de Richard Gere estaba atravesando su período más “salvaje” y contradictorio y que -por muy budista que intentara ser- explotaba su fama de sexualidad ambigua mediante ostentaciones públicas como recibir a la prensa en calzoncillos, enseñar sin empacho su trasero a quienes lo molestaban u orinar en plena calle de Nueva York ante la mirada pasmada de los periodistas. Es conocido el suceso que protagonizara con una jornalista de la revista Ladies Home Journal: Con intención transgresora o quizá poco inteligente, la mujer le preguntó a quemarropa si era homosexual. Gere se bajó sus pantalones y su calzoncillo y haciéndole ver que no tendría ningún inconveniente en penetrarla allí mismo le dijo: «Sírvase comprobarlo por usted misma». Estos sucesos eran ávidamente aprovechados por la prensa del espectáculo para vender lucrativamente la imagen de un Gere tan lascivo en la pantalla como en la vida. A la luz de estos hechos, la naturaleza más sana de Richard Gere, esa que en esforzados retazos aparecía en sus declaraciones eco-humanistas y viajes a lugares de peregrinaje o de conflicto, era ridiculizada como una mera veleidad.

Sumido en una crisis personal y profesional, el actor siguió intentando emerger de su perjudicial imagen aprovechando algunas buenas oportunidades que por entonces se le presentaron. Especialmente, la interpretación de caracteres tan distantes entre sí como el trompetista de “The Cotton Club”, 1985, de Francis Ford Coppola, y el legendario personaje bíblico de “El Rey David”, 1985, de Bruce Beresford, películas con virtudes actorales desparejas pero que además resultaron sendos fracasos comerciales. Incluso, ésta última le valió su primera nominación al detestado Razzie Award en la categoría de Peor Actor Protagónico. Su carrera languideció y fue casi desechado por los productores de Hollywood, tan obsesionados por los borderaux suculentos. De esta manera, sus siguientes protagónicos fueron en películas del tipo “entreternaiment” como Power (1986), Sin Piedad (1986 y A Millas de Casa (1988), que parecían marcar el inexorable camino de Gere hacia futuras producciones de corte televisivo sin mayores pretensiones. Durante estos problemáticos años 80’ viajó por Honduras, Nicaragua y El Salvador interesándose y colaborando materialmente para combatir las secuelas de la hambruna y destrucción de hogares provocadas por la intervención norteamericana y las guerras civiles. Pero un logro muy importante en este sentido fue la puesta en marcha de la Casa del Tibet en 1978, la cual fuera visitada por el Dalai Lama 14 años después. En este centro neoyorquino, fundado a sus instancias, invirtió muchísimo dinero a fin de preservar la cultura tibetana y el Budismo Mahayana, auxiliar a los refugiados tibetanos y abogar por la liberación total de la milenaria nación budista. Gere ya veía en el Dharma Budista la luz del mundo, y en el Tibet del exilio -aún con sus contradicciones político religiosas- la antorcha más incontaminada que podría difundirla.


A contrapelo de lo que se pensaba, la carrera actoral de Gere resurge en 1990 con dos filmes de fuerte repercusión: “Mujer Bonita”, de Gary Marshall, junto a una aún poco conocida Julia Roberts interpretando a una cenicienta moderna, y “Asuntos Internos”, de Mike Figgis, en un atípico rol de “malo” junto a Andy García. Su interpretación en Mujer Bonita le valió su segunda nominación al Golden Globe.

Asimismo, su casamiento con la celebérrima modelo Cindy Crawford en 1991 lo reubicó en la tapa de todas las revistas. A Crawford las mieles del espectáculo la seducían considerablemente y distaba de sentir las pulsiones espirituales que tanto motivaban a su marido, lo cual fue repercutiendo en el ánimo del actor. Las simpatías de Richard Gere con las sabidurías de Extremo Oriente (especialmente el Budismo lamaísta) y las causas humanitarias ya eran muy conocidas y tomadas un poco más en serio. Es de destacar que Gere jamás se valió de su adhesión al Budismo para promocionar su carrera actoral, idea en lo que hoy existe consenso generalizado. Más bien, su prédica repercutió profundamente en varias celebridades de Hollywood, entre ellas Uma Thurman. Su padre, Robert Thurman, era y es un conocido escritor, traductor y profesor de budismo indo-tibetano de la Universidad de Columbia, así como un ex monje y el primer occidental iniciado por el Dalai Lama en el budismo tibetano. Uma encontró en Gere un valioso acicate para llevar a cabo las enseñanzas con las que su padre la había formado. Incluso su nombre, “Uma” proviene de “Uma Chen-po”, frase tibetana que significa “El Supremo Camino del Centro”. Goldie Hawn y Oliver Stone fueron otras celebridades que se sintieron atraídas por las convicciones de Gere.


Ya con mayores pretensiones, el actor creó en ese mismo año de 1991 la Fundación Richard Gere, con el objeto de recaudar fondos no solo para preservar la cultura tibetana y la religión budista, sino también de acudir en auxilio de todo lugar donde hubiera damnificados –humanos o animales- a raíz de las guerras, hambrunas, enfermedades, catástrofes o violencia de cualquier signo, algo también acorde a la caridad budista bien entendida que no se queda en el cómodo mantreo de “Oms”.

Por todas estas razones, Akira Kurosawa lo convoca ese mismo año para un atípico papel en su film “Rapsodia en Agosto”, filmado en Nagasaki, donde una abuela cuenta a sus nietos las consecuencias acarreadas por la segunda bomba atómica arrojada en Japón. Es muy difícil no sentir admiración al ver en pantalla los frutos de la humildad y ductilidad de Richard Gere, quien en un momento cumbre de su carrera acepta un papel secundario como “sobrino japonés” (uno de esos papeles que Hollywood califica despectivamente como “étnicos”) en una producción extranjera sobre una anciana indeleblemente marcada por los desastres de la guerra.

El espaldarazo profesional y económico de estos primeros años también le permite iniciar sus primeras realizaciones como productor ejecutivo, las que además protagonizará: “Análisis Final”, 1992; “Somersby”, 1993; y “Mister Jones”,1993.

En “El Primer Caballero”, junto a Sean Connery y Julia Ormond, semblanza de Sir Lancelot en la corte del Rey Arturo, Gere se mete por primera vez en la piel de un personaje del medioevo. Pero este año, 1995, ya marca una definición personal y profesional muy distinta, un antes y un después. Harto de la presión sobre su vida privada y los inflados rumores publicitarios sobre su “bisexualidad” se divorcia de la hipermediática Cindy Crawford y se desentiende de la opinión favorable o no de los medios. Ya no lucha por el reconocimiento de Hollywood, ni por la urgencia de papeles que lo mantengan en el candelero. Sencillamente, escoge sus guiones, propone proyectos, realiza filmes menores que lo hacen sentir bien, agradece los reportajes, se disculpa ante los periodistas cuando llega tarde, se dedica de lleno a causas humanitarias. Su amistad con el Dalai Lama, sus viajes humanitarios por el extranjero y su cada vez más profunda inmersión en el Budismo le dan tanto una comprometida percepción de la vida como un contentamiento apacible que ya no lo abandonaría. Ya las tendencias confusas y alocadas han perdido gran parte de su fuerza de antaño. Años después, al preguntársele qué es lo más importante que había aprendido con el jefe espiritual del Tibet, Gere respondería:

“Que todo lo que yo haga y esté motivado por mi enriquecimiento personal me hará sufrir, mientras que cualquier cosa que enriquezca la felicidad de los demás me hará feliz. Nunca falla.” (ver: "Gere, un seductor que también sabe actuar")

Incluso, en el año 1993 durante la entrega de los premios Oscar y a contrapelo de todo código y glamour aceptados por la Academia, realiza un comentario franco y abierto a favor del Tíbet y contra la opresión de la República Popular China. Como resultado, se prohibió durante años su presencia en la ceremonia del cine, algo que a Gere no le quitó el sueño.

Tiempo después, las vivencias de sus viajes al Tibet del exilio dan nacimiento a su primer libro, Pilgrim (Peregrino), publicado en 1997, una colección de imágenes que representa su trayectoria de veinte años como budista. Con un prólogo del Dalai Lama, el libro aporta la visión personal de Gere de este mundo antiguo y espiritual.

Incluso, este camino del “dejar hacer, dejar correr” le acarreó varias satisfacciones profesionales, como la taquillera película “El Chacal” (1997), dirigida por Michael Caton Jones, junto a Bruce Willis y Sydney Poitier, reedición de la producción francesa “El Día del Chacal”, o “La Esquina Roja”, dirigida por Jon Avnet, (tambien de 1997), original película que –a pesar de ciertos convencionalismos a lo Perry Mason- denuncia por primera vez la naturaleza y arbitrariedades del sistema judicial imperante en la actual República Popular China. Dado que su compromiso con la liberación del Tibet le ha valido el estigma de persona no grata entre las autoridades chinas, las secuencias donde Gere recorre la Plaza Tienamenn y otros lugares típicos debieron ser trucadas mediante la técnica de pantalla azul, filmándose los escenarios por un lado, y la interpretación de Gere fuera del territorio chino por el otro.

Su labor humanitaria no se detiene y en 1999 crea el Fondo Fiduciario para la India de la Fundación Gere, con sede en Nueva Delhi, para prestar apoyo a varios programas humanitarios en la India. Recientemente el Fondo colaboró con la Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation y Parmeshwar Godrej en la celebración de un acto de sensibilización y recaudación de fondos sobre el SIDA en Mumbai (India).

El año 2002 representa sus segundas núpcias con su actual esposa y madre de su hijo, la ex chica Bond Carey Lowell, tras varios años de noviazgo. Su hijo, Homer James Jigme Gere, había nacido dos años antes. El primer nombre, Homer, fue elegido como homenaje al padre de Gere, mientras que Jigme significa “Sin Miedo” en tibetano. Carey Lowell ya profesaba el Budismo y, al igual que su esposo, era vegetariana. Gere se mueve en una cómoda coherencia entre su familia y su labor filantrópica. En ese mismo año, Gere crea la Fundación Iniciativas para recaudar fondos y canalizar recursos a comunidades desfavorecidas de todo el mundo.
También el año 2002 representa en lo profesional un suceso fundamental, y fue su apabullante interpretación en el film “Chicago”, donde se ve a un original Gere actuando, cantando y ejecutando una virtuosa escena de zapateo americano. Este papel le valió un unánime reconocimiento por parte de la crítica local e internacional, ganando su primer Globo de Oro al mejor actor protagónico. Por este antecedente fue convocado en el año 2004 para protagonizar la inteligente y desopilante película “¿Bailamos?”, de Peter Chelsom, donde interpreta a un próspero abogado de vida tan holgada como triste, aletargado en la infeliz felicidad del “sueño americano” donde el dinero es todo y el espíritu muy poco. Su resurrección tiene lugar al permitirse salir del rebaño y disfrutar de algo que le gusta sin buscarle un fin ulterior. En este caso, bailar. Esta película es la versión estadounidense de Shall We Dansu?, notable film de orígen japonés filmado en 1996 y producido por Masayuki Suo.

Este mensaje profundamente “zen” en pleno corazón de una de las sociedades más utilitaristas del mundo pasó casi totalmente inadvertido para la crítica convencional, la que se perdió en devaneos sobre las virtudes o falta de virtudes actorales y (¡otra vez! …) seductoras de un Richard Gere cincuentón, o de la falta de pericia actoral de Jennifer López, o del desaprovechamiento de la talentosa Susan Sarandon. El público, en cambio, respondió llenando las salas. El budista Gere estaba lisa y llanamente predicando sobre la inutilidad de afanarse por un sinfín de cosas que no nos dan felicidad alguna, y sobre la sencillez de las cosas que sí la dan. En esta lograda remake de la película japonesa de Masayaki Suo filmada en los años 90, vemos a un polifacético Gere bailando con gran pericia ritmos como el Mambo, Salsa, Fox Trot, Vals y Tango (un tanto europeizado, pero con voces porteñas de fondo como: “Argentiiiinaaaa … Buenos Aiiiiireeesss …”). Este film fue magistralmente coestelarizado por Stanley Tucci.

Fiel a su coherencia, en el año 2004 financia el film tibetano-estadounidense “Poison Charm” (“Encanto Venenoso”), de Ritu Sarin y Tenzing Sonam, primer película dirigida por un hindú y un tibetano, cuyo tema es la resistencia cultural en el Tibet. Fue rodada en las locaciones hindúes de Dharamsala (lugar cedido por el pandit Nehru al Dalai Lama para reasentar la cultura tibetana en el exilio), Nueva Delhi, Dehradun y Jaipur. Afín a su idea de que la respuesta al sentido de la vida anida en cada persona, que ésta puede hallarse mediante la indagación propia y que el budismo no es el único camino válido para hacerlo, protagoniza en el 2005 el film “La Estación de la Abeja" (“La Huella del Silencio”), de Scott McGehee y David Siegel, drama de una familia judía observante de las enseñanzas extraídas de la Kabalah. Su última película es “El Fraude”, de Lasse Hallström, filmada en 2006, donde interpreta a Clifton Irving, un escritor que en los años 70’ engañó a su editorial inventando una biografía falsa sobre Howard Hughes.


Un aspecto poco conocido de Richard Gere es su tarea como escritor y divulgador de la visión budista y de los senderos para una vida sabia. Quizá esto se debe a que Gere no se presenta como un gurú espiritual, prefiriendo apoyar a quienes a su entender son legítimos maestros. Efectivamente, a la autoría de “Pilgrim”, su propio libro narrado en imágenes y prologado por el Dalai Lama, deben sumarse “El Universo en un Simple Átomo: la convergencia entre Ciencia y Espiritualidad”, donde se publican sus conversaciones con el jefe espiritual del Tibet; su prólogo a la obra del Dalai Lama “Océano de Vida: Guía para Vivir”; sus textos a la traducción del “Libro Tibetano de los Muertos” de Chogyam Trumpa; su prólogo al “Arte del Tibet” de Pratapaditya Pal; sus textos a “Tibet, el Arte de Buda para Sanar”, con prólogo del Dalai Lama; y la autoría de “Still Life”, escrito junto a Kentzo Itzu, entre los más conocidos.

Actualmente, Richard Gere es considerado como un importante activista de causas humanitarias, ecologistas y animalistas de todo tenor, más allá de la causa tibetana. "La filosofía tibetana, la idea de que uno puede cambiar el mundo y tiene la responsabilidad de hacerlo es la base de todo lo que hago”, diría en uno de sus tantos reportajes.

Por su labor ha recibido gran cantidad de galardones. Entre ellos, los otorgados por el Instituto de SIDA de Harvard, la American Foundation for AIDS Research (AMFAR), Amnesty International, y el prestigioso Premio Humanitario Eleanor Roosevelt. Desde la Fundación Gere se apoya materialmente a la Campaña Internacional por el Tibet, la Fundación Tibetana, la Fundación para la Preservación de la Tradición Mahayana, la Pundarika Foundation, la organización Villas de Niños Tibetanos, la reconstrucción en el Sur de la India de los Monasterios de Rato, Sera, Drepung y Ganden; la organización Estudiantes para un Tibet Libre, etc. Esta ayuda se hace extensiva a organizaciones tales como Amnesty Internacional y Human Rights Watch con particular énfasis en la situación de China y Tibet; Survival International por su labor respecto a las culturas indígenas en peligro; Oxfam America, Cruz Roja Internacional, Red Crescent Movement y Médicos Sin Fronteras (MSF) por su lucha contra el hambre, la guerra y las catástrofes; AMFAR, Alianza para la Investigación del SIDA, Proyecto SIDA de Los Angeles, Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation, Niños Afectados por SIDA, Harvard AIDS Institute, Naz Foundation y muchos otros grupos de acción e investigación respecto a la lucha contra el Sida.

Recientemente ha participado junto a su padre, Homer Gere, en una campaña gráfica y televisiva de la organización "Meals on Wheels Association of America" dedicada a distribuir alimentos entre los homeless y carenciados de EEUU. La misma asociación propuso dicha campaña a Richard Gere luego de enterarse que su padre había obrado como un silencioso voluntario de esas entregas durante los últimos 20 años.



“Gere es un hombre fascinante" ha dicho David Siegel, director de “La Estación de la Abeja”. "Ocupa una grandísima cantidad de tiempo al servicio de quienes
están necesitados."



Más información sobre la acción humanitaria de Richard Gere puede consultarse en la web http://www.gerefoundation.org/



Para contactar a Richard Gere puede escribir o llamar a:

Richard Gere,# 203 9696,Culver Boulevard,Culver City,Ca 90232, USA
Teléfono: 310-558-8110



Filmografía


Chelsea D.H.O. (1973)

Fuerza de Choque (1975)

Informe al Comisionado (“Quiero la Verdad”, 1975)

Baby Blue Marine (1976)

El Incidente Libreg (1976)

Buscando al Sr. Goodbar (1977)

Días de Cielo (1978)

Hermanos de Sangre (1978)

Yankies (1979)

Gigoló Americano (1980)

Reporteros (1981) (documental)

Oficial y Caballero (“Reto al Destino”, 1982)

Sin Aliento (1983)

El Cónsul Honorario (1983)

Cotton Club (1984)

El Rey David (1985)

Power (1986)

Sin Piedad (1986)

A Millas de Casa (1988)

Asuntos Internos (1990)

Pretty Woman (1990)

Rapsodia en Agosto (1991)

Análisis Final (1992) (también productor ejecutivo)

Y la Banda siguió Tocando (1993, film para televisión)

Sommersby (1993) (también productor ejecutivo)

Mr. Jones (1993) (también productor ejecutivo)

Intersección (“Entre dos Amores”, 1994)

Unzipped (1995) (documental)

El Primer Caballero (1995)

Primal Fear (“Las Dos Caras de la Verdad”, 1996)

La Esquina Roja (“Justicia Roja”, 1997)

El Chacal (1997) Junket Whore (1998) (documental)

La Novia Fugitiva (1999)

Otoño en Nueva York (2000)

El doctor T. y las mujeres (2000)

Bollywood Bound (2001) (documental)

Shabana (2002)

Las Profecías de Mothman (“La Última Profecía”, 2002)

Infidelidad (2002)

Chicago (2002)

Freedom2speak v2.0 (2004) (documental)

¿Bailamos? 2004)

La Estación de la Abeja (“La Huella del Silencio”, 2005)

Dreaming Lhasa (2005, como productor ejecutivo)

El Fraude (2006), de Lasse Hastrom

Estrenos Inminentes, Postproducciones y Proyectos:

El Emperador Zehnder (2005) (en producción), de Gregory Hobliit

The Flock (2006), de Leu Wai Keung

Buddha (2006) (en producción)

No Estoy Allí: Suposiciones de una Película respecto a Dylan (2007), de Todd Haynes

Primavera en Bosnia (2007), de Richard Shepard

Noches en Rodante (para el 2008, aún sin director designado)