RICHARD GERE: Budismo y Espiritualidad



Richard Gere y su lado espiritual

“No creo en ‘Dios’. Creo que todos tenemos lo que en budismo se llama ‘Naturaleza de Buddah’, cubierta por vidas instantáneas de experiencias”, confiesa el actor

Reportaje por Fabián W. Waintal

El paso del tiempo definitivamente favoreció a Richard Gere. Ya no es el jovencito “American Gigoló”, pero con 56 años sigue atrayendo la atención de cualquier “Mujer Bonita”. Perfectamente acorde con su edad, en la nueva película Bee Season, aparece como el padre de una niña prodigio que él mismo entrena para una clásica competencia nacional de ortografía Spelling Bee, aplicando ciertas teorías religiosas del Kabbalah judío que no logran detener la ruptura familiar. Y en medio de una historia semejante, se torna inevitable que en el Ritz Carlton Hotel de Nueva York, nuestra entrevista evolucione alrededor de temas tan serios como el significado de la religión y la familia, para una estrella de cine tan importante como Richard Gere. Es sabido que usted es budista y sorprende que ahora estrene una película sobre el kabbalah judío.
¿Usted se crió en un ambiente muy religioso?
.- Mi padre era casi como un cura, siempre cerca de la Iglesia Metodista. Y mi madre era presbiteriana. Yo crecí yendo a la Iglesia. Era parte de mi vida. Lo interesante, para mí, aunque no lo notaba en aquel entonces, era ver un mismo grupo de gente que creía en algo superior. Y dentro del ritual metodista, más que nada, me acuerdo de las canciones. La esencia de disfrutar, la creatividad que surgía por verlo a Él, en la atmósfera de la misma gente que trataba de captar aquella energía, que por instinto piensan que existe algo más allá de la lógica.
¿Cómo es que se inclinó entonces por el budismo?
.- Mi propia personalidad buscaba las razones: ¿De dónde viene el Universo? ¿De dónde proviene el infierno? El tipo de planteamientos básicos que un chico se pregunta. Y al menos yo, no encontraba las respuestas dentro de la religión con la que me crié; porque no se plantean esas preguntas, sólo remarcan un misterio. Para mí, no era suficiente. Y en mi propia exploración, terminé encontrando la cultura oriental donde la base de aquellas religiones plantea ese tipo de preguntas. Es necesario preguntarlas, que surja una realidad propia. No es suficiente con escuchar la respuesta de Budah o un maestro. Es desesperantemente importante analizar interiormente, buscando la realidad. Abre una responsabilidad personal.

¿Se considera muy religioso?
.-Yo no creo en Dios. Creo que todos tenemos lo que en budismo se llama “Buddah-Nature”, cubierto por vidas instantáneas de experiencias. Religión no es la palabra con la que me identifico particularmente. Suena duro y crea límites.
¿Cuáles son las reglas?
.- Es como un club, cuando te gusta cierto equipo de beisbol, cierto tipo de religión. Es una categoría donde uno se identifica, más allá del análisis de un punto de vista. Sabemos que hay algo más. Todos sabemos que hay bondad real y sabemos que existe la verdadera compasión, la verdadera inteligencia. Y puede aplicarse en una infinita cantidad de formas. Alguien dijo que debería existir una religión por cada persona en el planeta, el número de religiones debería ser equivalente.
¿La religión resulta un tema bastante polémico cuando se discute con alguien que no cree en lo mismo?
.- Dependiendo de la personalidad, cada uno encuentra un camino espiritual diferente. Pero las organizaciones religiosas siempre tienden a ser corruptas y por eso es tan importante el análisis interior, lo interesante es trabajar con la mente y el corazón. Depende de cada uno.
¿Se puede comparar Budismo con Kabbalah? ¿Hay puntos en común?
.- No lo sé. No soy un experto en el tema. Para decirte la verdad, el sistema religioso en el que yo me crié, como te decía antes, mi padre y mi madre eran respetuosos de otras posibilidades. Nunca los escuché denigrar ninguna otra religión. En Estados Unidos hay algo nuevo, una especie de poder, con respecto al sentimiento de creer que hay un solo Dios, asegurando que todo lo demás es una blasfemia y debe ser destruido, convertido o transformado. Es como decir “los otros no sirven, nosotros tenemos la verdad”. Yo nunca escuché algo semejante en mi infancia. Y me parece que ese cristianismo se asocia demasiado al gobierno que hoy tenemos.
¿Está criando a su hijo en base al budismo?
.- Lo experimenta porque estoy rodeado de maestros, todo el tiempo. Mi hijo me ve con el Dalai Lama y yo practico bastante. Pero no le establezco ninguna regla. Me importa más el respeto por el otro en la vida. Con el Dalai Lama, por ejemplo, aprendí a respetar a un insecto. Si se lo enseño a un chico se vuelve increíblemente importante. Algo que podemos considerar pequeño, feo, lo que sea; no es como nosotros, es lo otro. Pero debemos empezar por respetar este pequeñísimo insecto, de otra especie, que también tiene un sentido de la vida muy similar a la nuestra. No quieren ser heridos, quieren tener éxito y ser felices, quieren encontrar comida, quieren hacer amigos. Tienen intereses idénticos a nosotros. Si se puede respetar eso, se puede respetar mucho más. Gente, también."

¿Usted se parece en algo al padre que interpreta en la película Bee Season?
.- "Cuando se empieza una película, existe un acuerdo tácito de convertirnos en aquel personaje, también en la vida real. Todos tenemos diferentes posibilidades de demostrar algo con nuestra personalidad. Y yo busco aquellas características predominantes en mi personalidad que se identifiquen con el personaje, para sentirlo más natural. Hace que el trabajo sea más fácil, con el tiempo termina evolucionado y cuando se enciende la cámara, todo surge naturalmente.
¿El tema espiritual del kabbalah fue la razón por la cual se decidió a filmar una película así?
.- Primero había leído el guión y recién después leí el libro original, que es brillante, mucho mejor que la película... como siempre pasa. Muestra a cuatro personas explorando este deseo por Dios o como lo quieras llamar, algo más grande que el Universo. Todos ambulan ciegos, en este viaje, con la completa falta de capacidad para discutirlo entre ellos mismos, por tanta privacidad. Y se parece a muchas de nuestra familias que no se atreven a discutir cosas muy privadas pero importantes, sintiéndose solos. De nuevo, no quiero llamarlo religión, pero el deseo vehemente lo tienen todos. Ese común denominador nos convierte en hermanos. Por eso quería hacer esta película. Mi personaje es alguien que se pasó la vida estudiando religión pero perdió el brillo de la comunicación directa."
Proyectos:
“En dos semanas empezamos a filmar otra película The Flock, sobre un agente federal que necesita entrenar un reemplazo más joven, mientras busca una chica perdida, convencido de cierta conexión con un maniático sexual que también está investigando. La filmamos en Alburquerque, con un director de Hong Kong, Wai Keung Lau”.